Porque, efectivamente, no siempre ha sido así. Esta semana en EraPapel, coincidiendo con la fiesta del libro, recuperamos una información publicada en el semanario leonés El Distrito Universitario, donde queda constancia de que la primera fecha propuesta para celebrar el día del libro habría de celebrarse «cada año», fue la del 7 de octubre[1].
Todo sucedió en 1926, con el país sumido en lo que se llamó el Directorio Civil de la dictadura de Primo de Rivera. En un intento de divulgar y ensalzar la importancia del libro —en este caso, español—, se pedía de los docentes y las instituciones una honda implicación «a fin de que la primera fiesta anual del libro revista toda la brillantez que su importancia requiere».
Como se suele decir, quien es asiduo lector vive mil vidas junto a la suya, de modo que desde aquí os invitamos a repasar este código de quince artículos publicado hace casi un siglo, para descubrir que ya entonces, el libro era uno de los pilares de la sociedad, y como tal merecía sincero homenaje.
Porque antes que digital EraPapel, hoy, lo rescatamos en Leotopía. ¡Feliz Día del Libro!
[1] Cuatro años después, en 1930, se trasladó de manera definitiva al 23 de abril, haciéndolo coincidir con el patrón de Cataluña. A partir de 1995 pasa a convertirse en fiesta internacional por la UNESCO.
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