«León tiene dos estaciones: el invierno y la del tren». Este sólo es uno de los muchos dichos populares que hacen referencia a la severa climatología leonesa, que implica, generalmente, prolongados y fríos inviernos y exiguos veranos. Pero todo llega, y cuando el calor arrecia, lo hace, igualmente, sin recato ni consideración. Y eso fue lo que pasó, de acuerdo, con el relato de los compañeros de El Porvenir de León que hoy rescatamos, aquel verano de 1875 en el que los leoneses buscaban combatir el calor, saliendo a la fresca.
Pongámonos en contexto. En España, la primera referencia de aplicación práctica de electricidad data del año 1852, y tiene como protagonista al farmacéutico Domenech, o, mejor dicho, a su botica en Barcelona. Hasta 1876 —justo un año después del que nos ocupa— no comienza el proceso de electrificación industrial en España, estando fechada la creación de la Sociedad Española de Electricidad en 1881, y el primer decreto que ordenaba las instalaciones eléctricas en 1885.
Ni aire acondicionado, ni ventilador ni nada que se le pareciera, vamos. Los leoneses de 1875 tenían que apañárselas solos. Con buen humor, creatividad y recursos naturales, como la propia brisa que aparece al caer la tarde-noche y que protagoniza otro de los asertos populares que se utilizan para distinguir a un leonés en cualquier contexto o situación: «aquel que lleva la chaquetina, por si refresca». Salían a la calle, «a la fresca», y lo hacían preparados con sus sillas, sus hamacas o cualquier mobiliario que les permitiera pasar un rato agradable de reunión o «tertulia al aire libre», como firma el periodista que redacta la pieza. Lo hace en este caso a modo de protesta, ya que considera que tal libertad debería estar restringida.
Y lo cierto es que, con el tiempo, las ordenanzas municipales han ido adoptado medidas que restringen este tipo de tradiciones. Estas prácticas, por ejemplo, conllevan sanciones de hasta 750 euros en localidades como Madrid y Barcelona.
En León, la ordenanza sobre protección de la convivencia ciudadana y prevención de las conductas antisociales del 29/11/2016 establece que a día de hoy «Los ciudadanos utilizarán las vías públicas conforme a su destino y no podrán impedir o dificultar deliberadamente el normal tránsito peatonal o de vehículos por los paseos y por las aceras y calzadas de aquellos».
Porque antes que digital EraPapel, hoy, lo rescatamos en Leotopía.
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